Bea Castejón
Una historia es como una canción que revolotea en el aire. Tienes que centrarte mucho en ella para que pueda tomar forma. Tienes que cogerla en un instante y poseerla. Tienes que recordar los detalles y dejar que estos te envuelvan. Una historia puede salir de cualquier sitio. Puede estar escondida en la mota de polvo del salón o en uno de tus baúles, entre la sombra de Peter Pan y Los tres mosqueteros. Una historia es algo que se te ocurre de repente, un pequeño vestigio de otra vida, un «erase una vez…» que se forma en la mente cuando ves a alguien que te llama la atención en el metro y «una torre encantada» que aparece en una nube mientras intentas sobrevivir a una clase interminable. Una historia es algo que se te forma en el corazón, que se cuela en tus sueños y deja una huella y, en uno de los rincones de tu mente, también deja una lupa que te ayudará a resolver el misterio. Es algo que entretiene tus días y que ocupa tus noches.